LA POESÍA DE OCTAVIO PAZ

 
México 1914-1998octavio
                                                                      
 
 
 
 
¿Por qué tocas mi pecho nuevamente?
Llegas, silenciosa, secreta, armada,
tal los guerreros a una ciudad dormida;
quemas mi lengua con tus labios, pulpo,
y despiertas los furores, los goces,
y esta angustia sin fin
que enciende lo que toca
y engendra en cada cosa
una avidez sombría.
El mundo cede y se desploma
como metal al fuego.

EL CORAZÓN HELADO

    corazon helado
  • Título: El corazón helado
  • Autor: Almudena Grandes
  • Género:Narrativa
  • Año de publicación:2007
  • Páginas :933






El otro día Blanca en su blog Al calor de los libros nos hablaba de “La voz dormida” de Dulce Chacón y se expresaba en estos términos: “…he sentido cariño y admiración por unas mujeres que bien podían haber sido mis abuelas, mis tías o mi madre…”
A mi me ha sucedido algo parecido con esta novela que os traigo hoy, que es la segunda vez que leo y que me ha gustado aún más que la primera,“El corazón helado” de Almudena Grandes. Me he sentido emocionada, he compartido el dolor de los personajes a causa de la pérdida, de la injusticia, de la traición y he llorado con ellos de impotencia ante una historia tan cercana aún, que podrían haberla protagonizado alguno de nuestros mayores.
Esta novela no es solo una historia de la guerra civil, no es una novela histórica, es la historia de las consecuencias de esa guerra. Consecuencias que rebasan el tiempo y afectan a la tercera generación de los combatientes de esa guerra, como si de una herencia se tratara. Según palabras de su propia autora: “Es una novela de españolitos, de gente corriente, en donde no aparecen personajes históricos relevantes”
La novela gira en torno a dos familias. Dos ramas de una misma familia enfrentadas por la guerra civil. Dando saltos del presente, al pasado desde la época de la guerra civil española, hasta la actualidad.

La familia Fernández Salgado, una familia acomodada, republicana, que cuando tuvo que exiliarse a Francia, ya había perdido a algunos de sus componentes. En Francia  sobrevivieron como pudieron a la espera de poder regresar y cuando pudieron hacerlo, cuando volvieron, se encontraron que habían perdido mucho más, que lo habían perdido todo y se reencontraron con los fantasmas del pasado.

Los Carrión Otero, cuyo patriarca Julio Carrión, hijo de un pastor de ovejas  y de una socialista  que había muerto en la cárcel, decidió que nunca iría con los que pierden como su madre. Con una doble actuación durante la guerra civil y la posguerra  no tuvo escrúpulos en traicionar a cualquiera para progresar y sobre todo para ser de los vencedores.
Álvaro Carrión y Raquel Fernández, los protagonistas del tiempo presente, son como os comentaba antes,  los herederos de las consecuencias de esa guerra. Herencia que él desconoce y que ella le desvelará y ayudará a aceptar, al tiempo que ambos se enamoran y viven una confusa pero bonita historia de amor.
Tiene esta novela los ingredientes necesarios para garantizar una buena lectura y horas y horas de entretenimiento gracias a sus más de 900 páginas, y que en ningún momento se hace pesada. Y cuando cierras el libro, se quedan contigo los personajes, pues son tan reales y creibles  que no los olvidas fácilmente, porque la autora ahonda en la vida y en los sentimientos de todos y cada una de ellos.
Y hay historias para todos los gustos.
Un héroe de guerra duro que no se acobarda por nada, pero que llora ante la injusticia. He aquí a Ignacio Fernández mi personaje preferido de la historia.
Una viuda roja que no se exilia, incomprendida por su hijo y por su marido actual . Con mucho rencor acumulado y que después de la guerra sigue llevando flores a la tapia del cementerio.
Hijos de exiliados nacidos en Francia, que están hartos del miedo (según ellos injustificado) que tienen sus padres y de oírlos hablar de España.
Un falangistas decente e íntegro, personaje curioso que inclina la balanza en una novela donde la autora toma partido claramente por los republicanos.
Historias de amor nacidas en la guerra y que superan la separación y la incertidumbre de saber si al volver seguirá ahí.
De igual modo se aprecia la debilidad que Grandes siente por las mujeres fuertes, tanto en la maldad como en la la bondad. Además del gusto por la poesía haciendo guiños a Lorca, Miguel Hernández a Machado…
El título se inspira en los versos que escribe Machado a comienzos de siglo :
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
Contada en primera y tercera persona por una voz omnisciente, con una prosa sencilla y fluida, es una novela que a mi personalmente me ha gustado mucho y  que me gustaría que mis hijas leyeran, para que aprendieran su pasado reciente y que por supuesto os recomiendo a vosotros.
Buena lectura

Frase del libro:
“La incertidumbre es una casa inhóspita, fría, llena de goteras, de parásitos, de amenazas invisibles y dañinas.”

Valoración 0-5:
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EL CRIMEN FUE EN GRANADA DE ANTONIO MACHADO

 

Sevilla 1875-1939                                               machado

 

 

 

 

1. El crimen

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.

UN GESTO PARA EL QUINTO ANIVERSARIO DE TU MUERTE DE RAFAEL GUILLÉN

 

rafael foto

 

Granada- 1933

 

 

 

He venido hasta aquí, por ver si el polvo

de lo que tanto amé,

por ver si esto que queda, que no es nada,

de lo que tanto amé,

por ver si la corpórea cercanía

de un deshecho perfil amable, ay,

tantas veces descrito por los besos,

de unos huesos o, acaso, de un vestido

que yo oprimía junto con tu brazo,

por ver si la certeza renovada

de este silencio en torno,

puede ponerle playas

a mi dolor, puede aún levantarse

como rocoso límite concreto

en donde rompa mi dolor.

Aquí, donde la nada se amontona

y el jaramago crece en los vacíos

que dejó el pensamiento.

Aquí, donde los muertos, ordenados,

como puestos para secar y siempre

inútilmente cerca

como las cosas entre sí, no tienen

tiempo ya para hacer, tampoco para

dejar de hacer aquello que podría

ser comunicación, amor acaso.

Aquí, donde hasta el viento se arrincona,

después que el bieldo separó del grano

esto que sólo es paja,

aún menos que el polvillo de la paja.

Aquí, donde se asoma

la otra mano de Dios, la que sostiene

la esponja que nos borra,

donde la sombra sube

resumida en ciprés, pues de otro modo

no cabría en los cielos, ni en los hombres.

He venido hasta aquí, porque es domingo

y las calles con sol y las placetas

se llenan de muchachas

recién lavadas, blancas, y no puedo

con tanta vida, hoy que te recuerdo.

He venido porque los niños crecen

y crece el matorral y la luz crece

y lo bueno y lo malo crece, y todo

se expande y gira en torno de este punto

de dolorosa calma detenida.

He venido hasta aquí, sin más motivo

que el que tuviera de asomarme a un pozo

tan sólo porque es hondo

o el de sentarme quedo junto al mar

porque es el mar. Y ahora

me pregunto si al cabo de este llanto,

si al cabo del dolor, no habrá un poquito

de tierra nada más, de alguna imperceptible

materia tuya, que traspase el mármol

para tocar mi piel, para rozarme

levemente el cabello.

Porque nunca he querido

entender el amor sin una forma

de tacto. No he podido

renegar de este cuerpo que me diste.

He venido sin flores y sin luto.

He venido a fumarme este cigarro

delante de tu muerte;

solamente un cigarro, por aquello

que fue una gran borrasca de ternura.

POESÍA EN EL LAUREL

Hoy os voy a hablar un poquito de La Zubia, mi pueblo, y de las actividades culturales que en él se hacen. No tenía pensado hacer esta entrada, pero a petición de una amiga que pulula por la blogosfera, muy convincente y que gracias a su insistencia me tuve que saltar ayer la siesta, la he hecho. Gracias amiga.
Antes de nada os voy a contar una historia:
Cuenta la leyenda que la reina Isabel la Católica quiso contemplar desde La Zubia la belleza de la ciudad de La Alhambra y sus alrededores. Así, con algunas damas y una escolta de  a caballo, se aproximó al lugar que por su emplazamiento cercano a Granada y por su altitud, tenía y tiene unas hermosas vistas de la ciudad. Los árabes confundieron entonces la osadía de la monarca con una incursión de tropas cristianas, por lo que decidieron atacar. La reina, que estaba en clara desventaja se ocultó en un frondoso bosque de laureles y dirigió sus plegarias a San Luis. Como sus tropas consiguieron ganar la escaramuza, hizo construir allí una capilla a dicho santo.
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Mirador del laurel
sanluis3_thumb2Convento
Y allí, en ese entorno mágico y de leyenda, en ese convento rodeado de un jardín decimonónico, se viene celebrando desde hace nueve años una cita cultural, un punto de encuentro de la poesía y la música.
Los que allí estuvimos pudimos deleitarnos con los recitales de Leticia Luna de México y Joan Manresa de las Islas Baleares. La música corrió a cargo de Xavier Astor & Compañía, música de Jazz a la que no soy muy aficionada, aunque en aquel entorno, rodeada de frondosos árboles cuyas ramas y hojas bailaban al compás que les marcaba la brisa, pensé que tal vez algún día podría aprender a apreciarla. Además se hizo entrega del I Premio Internacional “Poesía en el Laurel” al poeta Rafael Guillén, nacido en Granada en abril de 1933 y que fue vecino de La Zubia. Él mismo nos contó que su familia se trasladó aquí huyendo de los bombardeos de la guerra civil y aunque dijo que no se iba a emocionar, sí que lo hizo cuando una vecina del pueblo que jugaba con él en aquellos tiempos, subió al escenario y recitó un poema de su hermano Jorge y cuando él mismo leyó con su profunda voz, uno de sus poemas dedicado a su madre, que también hizo emocionar a los que allí estábamos. Además de este leyó otro dedicado a La Zubia.
                       guillen mio
Fue una noche muy agradable y amena donde música y poesía se dieron la mano un año más. Espero que os haya gustado esta pequeña e improvisada crónica.
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CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA



    cronica
  • Título: Crónica de una muerte anunciada
  • Autor: G. García Márquez
  • Género:Novela
  • Año de publicación:1981
  • Páginas :122




¿Es el destino inevitable o como decía el poeta:
“Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.“
El destino (también llamado fátum, hado o sino), es el poder sobrenatural inevitable e ineludible que, según se cree, guía la vida humana y la de cualquier ser, en forma opuesta a la del libre albedrío. Desde un punto de vista religioso, el destino es un plan creado por Dios.
En literatura y por poner un ejemplo de tantos, me quedo con Shakespeare y me pregunto: ¿Es el destino o las decisiones impulsivas de Romeo y Julieta las que los llevan a la muerte?
En filosofía, el destino se relacionaría con la teoría de la causalidad que afirma que: si toda acción conlleva una reacción, dos acciones iguales tendrán la misma reacción, a menos que se combinen varias causas entre sí haciendo impredecible a nuestros ojos el resultado.
Teniendo en cuenta todo lo anterior , fueron la causalidad , o el destino los responsables del asesinato de Santiago Nasar?

Santiago Nasar es el muerto de esta novela, de esta “Crónica anunciada”. Una novela que García Márquez, comienza  por el final contándonos que Santiago ya esta muerto:"El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana...” A las 7.05 minutos de la mañana, ya le habían matado los hermanos Vicario para vengar el honor deshonrado de su hermana. Una novela corta de 150 páginas,  en las que su amigo y después de 27 años trata de reconstruir el crimen . En primera persona, como narrador y testigo de algunos hechos, reconstruye la historia sin seguir un orden cronológico  y ayudándose con informes, testimonios  y su propia memoria, e intenta  entender el por qué y el quién. Por qué, si todo el pueblo estaba al tanto de la amenaza de muerte  voceada  por los propios asesinos, que dicho se de paso no querían cumplir con su destino (aquí tenemos de nuevo al destino) y hacían todo lo posible para cambiarlo, nadie lo evitó; por qué nadie vio, o no quiso ver un papel introducido por debajo de la puerta en la casa de la víctima avisando del crimen; por qué la puerta de su casa se cierra segundos antes de que Santiago Nasar pudiera entrar y ponerse a salvo. Pocos, quizá sólo los amigos más cercanos de Santiago Nasar intentaron avisarle, pero tal vez por esa causalidad o  por el destino, no pudieron. Y esto nos lleva al quién o quienes fueron los asesinos. Los hermanos Vicario  consumaron el asesinato, pero todos en el pueblo lo sabían y no hicieron nada. ¿Eso en qué los convierte? Nunca llegamos a estar seguros de quién mató realmente a Santiago Nasar, y si realmente era culpable de la deshonra de Ángela Vicario, que junto a su recién estrenado marido, son los otros protagonistas de la historia. Al principio y al tratarse de una lectura no lineal , además de que hay una gran cantidad de personajes, cuesta hacerse con esta novela basada en un suceso real ocurrido en Colombia en 1951, pero una vez superadas las primeras páginas no vamos a poder parar de leer. Alguna vez hemos comentado sobre lecturas predecibles, esta seria más que predecible, ya que sabemos el final desde la primera frase y ahí está la genialidad del autor, que aun habiéndonos contado el final, nos mantiene con el interés hasta la última página.
Por todo lo dicho anteriormente ya os habréis dado cuenta de que me ha gustado mucho esta novela, pero antes de acabar quiero haceros una pregunta:
¿Vosotros, creéis en el destino?
Buena lectura
Valoración  0 –5 :

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UN ESPAÑOL QUE HABLA DE SU TIERRA DE LUIS CERNUDA

 

 

Sevilla 1902-1963                                      

CERNUDA 1
 
 
 
 
 
Las playas, parameras 
Al rubio sol durmiendo,
Los oteros, las vegas
En paz, a solas, lejos;
Los castillos, ermitas,
Cortijos y conventos,
La vida con la historia,
Tan dulces al recuerdo,
Ellos, los vencedores
Caínes sempiternos,
De todo me arrancaron.
Me dejan el destierro.
Una mano divina
Tu tierra alzó en mi cuerpo
Y allí la voz dispuso
Que hablase tu silencio.
Contigo solo estaba,
En ti sola creyendo;
Pensar tu nombre ahora
Envenena mis sueños.
Amargos son los días
De la vida, viviendo
Sólo una larga espera
A fuerza de recuerdos.
Un día, tú ya libre
De la mentira de ellos,
Me buscarás. Entonces
¿Qué ha de decir un muerto?

EL ÁRABE VENCIDO DE MIGUEL HERNANDEZ

miguel-hernandez

 

España 1910-1942

                                                                                

 

 

Empujada por la noche romántica y bruna

la hoz sin mango de la nueva romántica luna

astros siega en los campo serenos del cielo zafir.

A la orilla de la límpida, tersa laguna,

maldiciendo su infeliz  y contraria fortuna,

no  se ve harto Aben Zur de gemir.

 

Fue vencido en guerrera contienda,

grandiosa, tremenda,

por un ínclito rey español.

En la lucha perdió su caballo, su más regia prenda,

que bebía los vientos si floja llevaba la rienda,

y llevaba lo crines mojados de rayos de sol.

 

Y perdió sus valientes cabilas,

su camello de cuellos combados y altiva testuz,

y su alcázar, con harem, donde garzas pupilas

destellando entre nubes de incienso de anfóricas pilas,

en horas tranquilas,

le embriagaban de amor y de luz.

 

Todo, todo lo perdió el melancólico moro…

¡ay! por eso gimiendo así está.

De aquel su tesoro

opulento ni un gramo de oro,

ni una perla le queda allí ya.

 

Ni un aduar miserable y pequeño

donde rumie su triste dolor,

ni la gracia del labio risueño

de una hurí, que desfrunza su ceño

con la magia triunfante de cantos ungidos de amor.

 

A la orilla de la mansa laguna platina

Aben Zur de llorar aún no cesa:

el alfange, a la tierra doblado se inclina

rota tiene la daga lo mismo que la yacerina,

y en el alto alquicel se ilumina

de sangre una fresa.

¡Aben Zur! una voz que en su acento

lleva arrullos de brisa sutil,

suavidades de lánguido viento,

oye el moro y se alza violento…

Le es amigo el acento aquel lleno de ritmos de Abril.

 

A su lado ve una grácil y blanca figura.

-¿Tú, Zoraida? ¡Tú! ¿Lograste del rey escapar…?

-Sí, Aben Zur…Cese ya tu amargura.

Y en la noche pura

ya no se oye Aben Zur sollozar.